
Una de las ventajas de venir a Crevillente es no sólo disfrutar de todas las bondades de la geografía y la gente alicantina; sino que, además, a menos de un tiro de piedra, también puedes visitar la ciudad capital que le da nombre a la provincia. No hay que avergonzarse de reconocer que el turismo nos beneficia indirectamente gracias a eso, porque al revés también sucede; y orgullosos como estamos de todo lo que ofrece nuestra localidad, no podemos estarlo más de nuestra provincia, y por supuesto nuestra capital, Alicante.
Así que aquí tienes una pequeña guía turística por si quieres pasarte por Alicante… ya sea de camino a mi ciudad, o al partir de ella:
- Justo frente a la costa de Alicante se encuentra la hermosa isla virgen de Tabarca. Hogar de un pequeño pueblo pintoresco de casas encaladas y una antigua iglesia histórica, este es un destino de visita obligada.
- Vale la pena tomar el Tranvía de Alicante solo por el paseo en sí, ya que la costa de la Costa Blanca es realmente espectacular. Las pistas lo llevan a lo largo del camino costero y, ocasionalmente, a través de las colinas mientras pasa por algunos de los pueblos y aldeas solitarios más hermosos. Las paradas a tener en cuenta son Altea y San Juan.
- Sería imposible olvidar el rico pasado histórico de Alicante ya que toda la ciudad está construida en la base del magnífico Castillo de Santa Bárbara. Construido en algún momento alrededor del siglo IX, el castillo tiene una historia de guerra pero está inmaculadamente conservado.
- La playa del Postiguet, es una de las playas más bonitas de Alicante. La playa es enorme y se extiende a lo largo de la ciudad antes de toparse con la vecina San Juan. Un par de horas en las idílicas arenas blancas y aguas cristalinas y te olvidas de que estás en una ciudad bulliciosa.
- El Barrio, o el casco antiguo, es el corazón histórico de Alicante, y uno de los rincones más bonitos para pasar un día de paseo. Con sus sinuosas calles adoquinadas y apilados apartamentos españoles adornados con flores, es una visita obligada para aquellos que buscan el encanto del viejo mundo.
- Al ser una ciudad costera, Alicante, por supuesto, tiene un puerto deportivo que alberga algunos yates espectaculares. Cuando se pone el sol, las luces de la ciudad se reflejan en el agua, lo que lo convierte en un hermoso y romántico paseo por la orilla.
- Rebosante de vida silvestre botánica, cascadas y muchas palmeras, el Parque el Palmeral es una pequeña porción del Edén a las afueras del centro de la ciudad.